
Desde la Cúpula de la Roca en la Explanada de las Mezquitas se domina Jerusalén Este con los barrios árabes de esta ciudad, santa para las tres grandes religiones monoteístas.
Y es aquí donde la paz entre israelíes y palestinos encuentra su mayor obstáculo porque todos desean que Jerusalén sea su capital.
Cada viernes, miles de mulsulmanes vienen a este recinto donde está la mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar santo del Islam.
Debajo a unos pocos metros, el Muro de las Lamentaciones.
Único vestigio del antiguo Templo de Salomón, el edificio más sagrado del judaísmo. Unidos por la historia, ambos lugares son el teatro permanente de las hostilidades entre los dos pueblos.
En 2000, una visita de Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas abrió la caja de los truenos y se produjeron violentos enfrentamientos.
Una provocación para los palestinos que dio lugar a la Segunda Intifada.
Pero mucho antes, en 1967, las calles de Jerusalén Este fueron ya escenario de una batalla sangrienta. Bajo control jordano desde 1948 los lugares santos estaban vetados a los judíos.
Hasta que durante la Guerra de los Seis Días, el Ejército israelí entró en la Ciudad Vieja, logrando la que bautizaron como “reunificación”, “ocupación” para los árabes.
En el recuerdo una frase del general Moshé Dayán: “Hemos vuelto a nuestros Santos Lugares para nunca más volver a separarnos de ellos”.
En efecto, Israel jamás ha dado marcha atrás pese a las resoluciones de Naciones Unidas, y aunque ningún país haya reconocido la anexión.
La ciudad tiene unos 750.000 habitantes, de los que 260.000 son árabes que viven en Jerusalén Este.
Las dificultades para entrar o salir de la Ciudad Vieja son enormes, sobre todo desde la construcción del muro alrededor de Cisjordania.
Rodeada además por las colonias judías, donde habitan centenares de miles de israelíes, Jerusalén Este, la capital soñada para un Estado Palestino, parece hoy una fortaleza inexpugnable.














"Pedid por la paz de Jerusalém;
Sean prosperados los que te aman.
Sea la paz dentro de tus muros,
Y el descanso dentro de tus palacios.
Por amor de mis hermanos y mis compañeros
Diré yo: La paz sea contigo.
Por amor a la casa del Señor nuestro Dios
Buscaré tu bien."



Cuando Jesús murió en esa cruz, fue alli donde nosotros nacimos.
Debemos tomar conocimiento acerca de ese gran sacrificio que el Hijo del Hombre ha hecho por cada uno de nosotros, tantos tormentos, castigos...solo por nosotros, por el gran amor que El nos tiene.
Jesús siendo Dios podía decir basta a esto, no lo quiero, y sin embargo obedeció al Padre para que se cumpliera el Sacrificio del Cordero; solo asi con su SANTA SANGRE pudieron lavarse nuestros pecado y asi fueron abiertos los Cielos para poder estar en los lugares Santos junto a El....pues cada uno de nosotros tenemos un lugar alli, junto a El y al Padre.
Como no darle gracias por tanto amor!!! El te pensó y te amó antes de la creación, dice la Palabra; ya te tenía pensado desde antes de la creación.
Que maravilloso es este Dios Vivo que tenemos.... Debemos agradecerle siempre a Jesús, con obediencia, en humillación, reconociendo que de El es toda la Gloria, es todo el Honor , toda la Honra...solo para El; que no quede en vano tanto dolor, castigos, humillación, tanta Sangre derramada solo por ti; piensa cada minuto de cada día, todo lo que Jesús pasó lo hizo por ti. Deja que solo una gota de su Sangre te toque hoy....





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