jueves, 24 de septiembre de 2009

La localidad alicantina de El Altet se recupera de la granizada que ayer causó cuantiosos daños en coches y viviendas

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Los vecinos de El Altet, en Alicante, tardarán mucho tiempo en olvidar la tremenda tromba de granizo que ayer golpeó la ciudad. En sólo 10 minutos todo quedó cubierto de blanco, con bolas de granizo tan grandes como pelotas de tenis. El día después, coches y casas destrozadas dan buena prueba de lo ocurrido.

Este lunes no se habla de otra cosa en El Altet. Esta pequeña localidad alicantina, muy cercana a la capital, sufrió ayer por la tarde la mayor granizada que se recuerda. Diez minutos que dejaron la ciudad cubierta de bolas de hielo, algunas, tan gruesas como pelotas de tenis.

El granizo reventó las lunas de decenas de coches, abolló techos y capós, dejando a su paso todo un rastro de coches destrozados. Daños que también se extendieron a las casas: persianas, tejados, ventanas.

Algunos vecinos, pillados de improviso en medio de la calle, llegaron a pasar miedo. Un fenómeno que también golpeó las afueras de Alicante, sometida a un brutal aguacero.

La tormenta obligó a más de uno a dejar su coche y ponerse a salvo. Con tanta agua, algunas calles quedaron anegadas, otras se convirtieron en improvisadas cataratas. La granizada sólo duró unos minutos, pero ha dejado muchos daños.

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