domingo, 6 de diciembre de 2009

Tu rostro, la nueva identificación

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Reconocimiento facial, como del futuro.



Getty Images
Los detalles faciales únicos de cada persona pueden ser reconocidos.



Un novedoso sistema de biometría reconoce el rostro de cada persona y sus características más reseñables con una precisión del 95 por ciento. Este sistema abre la puerta al futuro de los documentos de identidad personal.

No mas olvidos


Se afirma que la cara es el espejo del alma. Dentro de unos años podría convertirse además en un carné natural de identidad.

Imagina que en lugar de enseñar tu documento nacional de identidad (DNI) cada vez que tienes que demostrar que "eres realmente quien dices ser", al pagar con tu tarjeta de crédito o abordar un avión en los aeropuertos, te baste con exponer tu rostro ante un sistema electrónico de identificación.



Los detalles que componen el reconocimiento del rostro humano.
Un equipo de científicos españoles está trabajando para que esta posibilidad que parece extraída de la de ciencia-ficción o de una película de espías, se haga realidad y se implante a gran escala.

Es lo que promete una investigación en técnicas de biometría facial que impulsan los científicos de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), quienes desarrollan un sistema que reconoce un "DNI" del rostro de cada persona con las características más destacadas de su cara con una precisión de hasta un 95 por ciento.

Las técnicas de reconocimiento basadas en los rasgos del rostro, conocidas como biometría facial, suelen basarse en la búsqueda de las diferencias que presenta la cara de una persona con respecto a todas las demás.

La investigación que han realizado estos investigadores aborda el problema desde un punto de vista un poco diferente.

"La diferencia entre nuestro trabajo y la mayoría de los que aparecen en este campo es la idea de modelos individualizados", señala uno de los autores de la investigación, el matemático David Delgado Gómez, del departamento de Estadística de la Universidad Carlos III.

"Nuestro objetivo es crear un modelo para cada persona que remarque las características más discriminantes de cada rostro, como una especie de 'DNI' facial", explica.

A los investigadores se les ocurrió esta idea al pensar en la situación que se produce cuando hay muchas personas en una sala y llega alguien preguntando por una de ellas.

“Nuestra forma de describir a esa persona sería mediante algunas características que el resto no posea, como por ejemplo la mujer alta de ojos azules o el chico calvo con barba. Intentamos aplicar esta idea a nuestro algoritmo”, comenta Delgado.


Grandes retos


Un sistema de biometría facial consta normalmente de tres componentes. Por una parte, hace falta una cámara que registre una imagen. En segundo lugar, es necesario un software, es decir un programa informático que determine si en esa imagen aparece alguna cara localizando, entre otras cosas, la geometría del rostro: la disposición de los ojos, nariz, boca, entre otros.

Para completar el dispositivo biométrico, es necesario contar con un sistema que sea capaz de clasificar todos esos elementos para diferenciar entre unas y otras personas.

Según los investigadores, la parte más complicada de su investigación aconteció cuando tuvieron que combinar la geometría y la textura de la cara.

"Con sólo la información geométrica se obtienen clasificaciones muy bajas, por lo que combinamos esta información con la proveniente de las texturas para obtener un modelo más robusto y se nos ocurrió una forma estadística de combinarlas que dio buenos resultados", señala Delgado.

Los investigadores de la UC3M han comprobado que cuando este sistema se utiliza en un entorno controlado puede alcanzar un elevadísimo grado de precisión, en torno al 95 por ciento.

La principal complicación a la hora de utilizar este tipo de sistemas es la iluminación, que puede cambiar el color de la cara.

Otro de los retos a los que se enfrentan los sistemas biométricos faciales es el paso del tiempo, porque según va envejeciendo la persona puede ir cambiando el rostro, engordando o adelgazando, apareciendo arrugas, lo que puede engañar a los clasificadores.

En cambio, indican los investigadores, su sistema tiene una gran ventaja frente a otros sistemas biométricos: puede funcionar incluso sin que sea necesaria la interacción directa de la persona, como ocurre con la identificación por la huella dactilar de los dedos de la mano o por el iris del ojo.

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