viernes, 18 de septiembre de 2009

Enviado de Obama volverá a presionar a Israel

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El enviado de Estados Unidos a Medio Oriente no logró hoy arrancar al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu una promesa de frenar la expansión de las colonias judías en tierras palestinas.


El enviado de Estados Unidos a Medio Oriente no logró hoy arrancar al primer ministro
israelí Benjamin Netanyahu una promesa de frenar la expansión de las colonias judías en tierras palestinas, pero ambos acordaron reunirse el viernes para el tercer intento de la semana.
George Mitchell, el enviado especial del presidente Barack Obama, se retiró sin hacer comentarios de su segunda reunión en dos días con Netanyahu en Jerusalén, parte de una difícil gestión diplomática en la que Washington tiene mucho en juego.
El presidente Obama tuvo gestos públicos sin precedentes hacia el mundo árabe y musulmán y adoptó una postura adversa a la construcción en las colonias judías de Cisjordania y Jerusalén este casi inédita para un gobierno de Estados Unidos, el principal
aliado mundial de Israel.
Washington también trabaja contrarreloj, porque la administración Obama desea reunir a Netanyahu y al presidente palestino Mahmud Abbas cuando ambos se encuentran en Nueva York la semana próxima para la apertura de la Asamblea General de la ONU.
Mitchell se reunió hoy varias horas con Netanyahu, un día después de haber mantenido encuentros con el premier y con Abbas y de haber urgido a ambas partes a mostrar "responsabilidad" para alcanzar la paz y a reanudar sus conversaciones de paz,
interrumpidas desde el año pasado.
La oficina de Netanyahu emitió un escueto comunicado tras la reunión en el que informó que el premier y el enviado volverán a verse el viernes, informó la agencia de noticias DPA.
Los palestinos reclaman Cisjordania y Jerusalén este para su futuro Estado y exigen un congelamiento de la construcción en las colonias israelíes, consideradas ilegales por resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
La administración Obama se hizo eco de este pedido de freno a la expansión de los asentamientos, a los que se ve como el meollo del conflicto de décadas en Medio Oriente.
Netanyahu ofreció una suspensión en la construcción en las colonias durante algunos meses, pero que no afectará a 3.000 casas que ya están en obra ni a los barrios judíos de Jerusalén este.
Israel se anexó este sector de la ciudad en una guerra en 1967, y no lo considera un asentamiento. La anexión no fue reconocida por la comunidad internacional, y los palestinos quieren que Jerusalén este sea la capital de su futuro estado.
Netanyahu espera que su oferta alcance para satisfacer a Washington sin correr el riesgo de una rebelión de los partidos que integran el gobierno, todas fuerzas nacionalistas de derecha opuestas a hacer concesiones a los palestinos.
Un fracaso en la misión de Mitchell podría frustrar los planes de reunir a Netanyahu y Abbas en Nueva York, un encuentro al que podría asistir Obama mismo, según se especula en Washington.

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