lunes, 11 de mayo de 2009

Benedicto XVI aplaude la «alianza entre Occidente y el mundo musulmán»

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Benedicto XVI aplaude la «alianza entre Occidente y el mundo musulmán»
La cariñosa bienvenida del Rey Abdalláh II y el clima de armonía religiosa que disfruta Jordania ofrecieron ayer un excelente comienzo a la visita del Papa a Tierra Santa, que comienza bajo el signo de la humildad. Durante el vuelo hacia Ammán, Benedicto XVI comentó a los periodistas que la Iglesia «no es una potencia política sino una fuerza espiritual», y su primera actividad en Jordania fue visitar un centro que acoge a jóvenes discapacitados musulmanes y cristianos.
El afecto de los Reyes de Jordania por el Papa, y la prioridad que Benedicto XVI concedió a los discapacitados dejaron muy claro que este viaje es ante todo un reencuentro familiar y una peregrinación espiritual. Cuando el Rey Abdalláh, 43 descendiente del profeta Mahoma, recibió al Papa diciéndole «nuestra casa es su casa», sus palabras reflejaban una realidad.
Aparte de enviar dos cazas F-16 como escolta del avión papal desde la entrada en el espacio aéreo jordano, el Rey ha roto el protocolo incluyendo en su programa no sólo la bienvenida sino también la despedida en el aeropuerto. En su discurso, en inglés, el Rey Abdalláh II recordó que «en nuestro país, los musulmanes y los cristianos son ciudadanos iguales ante la ley, y participan igualmente en la creación de nuestro futuro».
El monarca añadió que considera «un deber personal proteger los lugares sagrados, y acoger a los fieles. En el lugar del Bautismo de Jesús habrá un centro de peregrinación católico, cuya inauguración por Su Santidad nos honra». En Betania «al otro lado del Jordán», el Papa bendecirá las primeras piedras de dos iglesias que se levantarán a orillas del río junto al lugar donde los arqueólogos han descubierto los cimientos de veinte iglesias del periodo romano y bizantino.
Las primeras palabras de Benedicto XVI en la gran tienda de bienvenida instalada en el aeropuerto de Ammán, fueron para reiterar que «he venido como un peregrino» a visitar «el Monte Nebo, hasta donde Moisés llevó a su pueblo» y también «Betania al otro lado del Jordán, donde Juan predicaba y donde bautizó a Jesús en las aguas del río que da nombre a vuestro país».
Virtudes del Islam
Pero el punto central de su discurso consistió en «manifestar mi profundo respeto a la comunidad musulmana y rendir homenaje al liderazgo de Su Majestad el Rey en promover la buena interpretación de las virtudes que proclama el Islam». El Papa se refirió también a otras iniciativas de la Familia Real como el «Mensaje de Ammán» y el documento «Una Palabra Común», que ha permitido crear el Foro Islámico-Cristiano con el Vaticano.
Benedicto XVI subrayó que «estas valiosas iniciativas han impulsado notablemente una alianza de civilizaciones entre Occidente y el mundo musulmán, desmintiendo las predicciones de quienes consideraban inevitable la violencia y el conflicto». El Santo Padre elogió al Reino de Jordania por sus esfuerzos para «favorecer el diálogo interreligioso, encontrar una solución justa al conflicto palestino-israelí, acoger a los refugiados de Irak y frenar el extremismo», tareas nada fáciles y que requieren mucha valentía por parte del Rey Abdalláh II y de la Reina Rania, de origen palestino como casi dos de los seis millones de jordanos.
En estos momentos, el país acoge además a 700.000 refugiados iraquíes, entre los que hay unos 70.000 cristianos. Jordania es el único país de Oriente Medio en que aumenta el número de cristianos, sometidos a un éxodo forzoso en el resto de la región. Al término del mandato británico, los cristianos representaban el 20 por ciento de la población, mientras que ahora apenas llegan al 2 por ciento y su número sigue bajando.
El Rey Abdalláh II agradeció al Papa «su esfuerzo por disipar los malentendidos que dañan las relaciones entre musulmanes y cristianos», así como la visita que hoy realizará a la nueva Mezquita Rey Hussein en la capital jordana. Según el monarca hachemita «nuestros valores comunes pueden ser de gran ayuda para la Tierra Santa» en el esfuerzo por «disipar las sombras de conflicto mediante un acuerdo negociado que otorgue a los palestinos el derecho a la libertad y a un Estado, y a los israelíes el derecho a la seguridad».
Por desgracia, en ningún país faltan extremistas, y varios líderes de los Hermanos Musulmanes en Jordania acusan al Papa de «insultar al Islam y no haberse disculpado», cuando la realidad es que el incidente creado por el discurso de Regensburg en el 2006 dio pie a toda una oleada de contactos amistosos que culminaron con la visita de Benedicto XVI a la Mezquita Azul de Estambul.

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